22 diciembre 2013

Jordi García, 7º Dan de Judo


La Real Federación Española de Judo, avalada por la Federació Catalana y su presidente Fermín Parra, me reconoce y concede por méritos el Grado de Cinturón 7º DAN de Judo.

Visto desde arriba es verdad que a los que nos apasiona este deporte, al que le echamos miles de horas, mucho sudor y muchas caídas, sabemos que los grados obtenidos son la consecuencia del tiempo de práctica, esfuerzo e ilusión, así que visto desde arriba no me sorprende, tal vez aún no me haya dado cuenta. Visto desde abajo, desde los principios, ¡llegar a este grado es bestial! Obtener este grado antes de la cincuentena es un logro reservado para muy pocos, poquísimos en cualquier país. Visto desde dentro, es un logro que no se puede conseguir sin el otro, sin el compañero, sin el rival, puesto que no hay Judo si no hay alguien al otro lado de tus brazos y por supuesto, por el tiempo que se requiere para llegar a este grado, por una motivación máxima, el motor que mueve las cosas.

Para mi ese motor sois vosotros mis alumnos, por los que soy capaz de estar comprando en el súper y pensando porque o cómo podría salirle ése movimiento o combinación, yendo a dormir y pensando cómo sacar mayor rendimiento deportivo al otro, en fin, vosotros sois los responsables de que se me haya pasado el tiempo volando disfrutando de lo que hago, lamentando pérdidas de alumnos que siguen otros caminos, alegrándome de nuevas llegadas, retornos de ex-alumnos, etc.

Todavía cayendo con los peques de 5, 6, 7 años que te dan una energía brutal, no te das ni cuenta del frio que pueda hacer y el tiempo vuela.
 
Perfilando a esos chic@s de 8, 9, 10, 11 y 12 años, como si fueran piezas de barro a las que uno ayuda a dar forma proyectando su imagen futura, como si de un diamante se tratara, y yo tuviera la suerte de ser el joyero que le da la forma esperando que tenga esa gracia técnica para conseguir Ippones con facilidad, ¡buscando la excelencia!
 
Esos chic@s de 13, 14, 15 y 16 que en su fase púber le pueden volver a uno desquiciado, con sus asistencias a clase, sus estudios, sus primeros noviazgos y que no hacen sino que te des cuenta que lo importante es que estés ahí, no estas para mandar ni corregir actitudes, estás para estar cuando lo necesitan.
 
Ya con los de 18 hasta veintilargos con ilusión por entrenar, competir y compaginando a la vez sus estudios como pueden, con los que normalmente llevas ya entre cinco y diez años de relación, que más tarde por trabajos, bodas y demás peripecias personales y sociales, se apartan para volver más tarde ya con sus hijos, para que les inicies en este deporte tan intenso y tan rico en sensaciones. 

¡Que puedo decir de esto!
También un recuerdo para esos ex-alumnos que uno no ve desde hace 10 ó 15 años y que le paran a uno por la calle, lo encuentran por el Facebook, o te sorprenden una noche y te expresan el gran recuerdo que tienen de ti. Yo que no pensaba que diera tanto, y lo mucho que al parecer reciben los alumnos.

Buff..., quería hacer un simple comentario de mi nuevo Dan pero mis alumnos ya conocen mi incontinencia verbal (sobre todo en posición Seiza), que curiosidades de la vida quién lo hubiera dicho. Visto desde fuera soy rico de afecto, rico de cariño, que conseguir este grado es una pasada, que debo dar gracias por todo lo que disfruto, tengo y de la cantidad de personas que me siguen.

Gracias a todos mis alumnos desde el más peque al más grande y a todos los padres que creen en mi trabajo como entrenador y que, como tal, ayudo en lo posible en la formación de sus hijos (Ya van más de 30 años como entrenador).

Este logro es la consecuencia de aplicar con Flexibilidad (JU) el Camino (DO) personal de mi vida, que me permite disfrutar con mi trabajo y del que me siento inmensamente afortunado.

¡Gracias!